La guitarra de papá y los alemanes

De lo que se refiere a la guitarra ... y a mis recuerdos... Dicho en general esa guitarra era de Javier. La capté en la pared de su restaurante. Eso fue lo primero que yo capté. Allí. Bueno, sin contar con el mucho ajetreo. Era la guitarra de papá. La usurpé de inmediato. El primer día. Mejor dicho, de noche. Mientras que el estaba en la cocina y pudo darse cuenta. Y yo le digo: "Y para que te vale ser español? Si tú no sabes cantar". Me miró de una manera... embarazado. Y es que tiene un hostal en el primero. Allí - alemanes. Los alemanes - a las diez - todos a dormir. Y silencio. Y se acabó. Todos de puntillas. Y yo allí, si vengo a la terraza con la guitarra de papá... (Eso sucedió después cuando Raúl y yo fuimos al pueblo de Raúl a la fábrica Alambre y entramos en la habitación mágica. Conoce allí a todos. Y allí hay una habitación para guitarras no recobradas. Para los suyos, digamos. Entras - 50 guitarras colgadas, un billón por cada. Y cuando la chica del jersey negro se va puedes cogerlas y tocar. Aunque sea todas a la vez. Desde el pasillo penetra un olor a sierras de marquetería y a todo tipo de lacas y barnices. Y tu sostienes una de billón, y miras hacia otras cinco. Y después la niña del jersey negro te dice: "Bueno. Pero esta puedes llevártela por 300 euros". Se te estiran los sesos y te da cosquillas en las muñecas. O sea que cada vez que pasaba por ahí me hacía de dos o tres guitarras. Pero por ahora solo contábamos con la guitarra de papá) Bueno, pues yo - cantando. En la terraza del restaurante de Javier. Pero en cuanto llega la tarde, el empieza a chirrear. En sus adentros. Eso se nota. Los alemanes. Que será de los alemanes? Así pasaron unos cinco días. Y yo seguía cantando. En la terraza del restaurante de Javier. Allí tiene a Dimás de camarero. Venga de aquí para allá. Pero en la cara lleva escrito -"Música". Trini - esta, hablando en general, es sevillana. Flamenco en cada gesto. El hermano de Dimás - Raúl. Bueno, Raúl.Raúl. Por Dios. Sí, Raúl, por Dios. Cartero y entrenador de tenis. Cómo puede ser eso. Sólo abre la boca y todo alrededor se derrite. y las pupilas se desenfocan. De por si - bajo, calvo, las pantorrillas como de un elefante. Pero en la guitarra solo coge tres-cuatro acordes. Cómo puede ser eso. Se los corregí mas tarde. Y una tarde, estoy en mi casa, o sea en la suya, la de Javier que pertenece a su madre y que está a unos 50 metros mas arriba. Bueno, pues me dirigí hacia el mar, el restaurante queda de paso. Flores sobre las tapias que las cubren totalmente. Del mar sopla una brisa. Ese aroma especial. Por ahí sigo con calcetines, bañador, zapatillas de plástico. Con la guitarra de papa. Siento que algo pasa. Pues ellos estaban en la terraza del restaurante. Casi ya no había gente. Y esos zanganeando alrededor de la mesa. En la calle. Dos guitarras, Dimás con su cajón (instrumento andaluz de percusión), y además me presento yo. Y basta. Se acabó el silencio alemán. ¡Qué jaleo armamos! Ya sabia yo... El propio Javier no en vano es español. Sucintamente tres guitarras, percusión, Raúl con su voz y nosotros también como podemos. Y Trini - basta con que tome una pose y el cardiograma se para. Para un segundo. Y así hasta la madrugada. Y así toda la calle. Los transeúntes no pasaban de lado. Para que irse por ahí? Y así pasó la temporada de descanso en su hostal con restaurante. Resucitó la vida. No comprendí que fue de los alemanes. ¿Kaput? ... Bueno, eso no tiene importancia.